Verano y abrazos (o no)
El verano llega a su fin, todo lo que empieza también acaba. Chanquete muere por estas fechas como desde hace algo más de 40 años
y en el fondo todos morimos un poco cada fin de verano.
El verano son los recuerdos bonitos, los recuerdos Instagram, el verano amable, pero también son los recuerdos de los mojitos no tomados, de los pacharanes derrochados, de los besos no dados, de los bailes no bailados, de los conciertos no vistos y de lo mucho hablado. El ansia viva.
Cuando el verano termina es como cuando te quedas parado en la estación viendo como el tren sale sin tí por unos minutos, esa sensación de vacío, de no encontrar sofás donde dormir la siesta, de desasosiego, de “estoy puteado”.
Esto no es nada nuevo, viene de lejos, viene de esos veranos que terminaban con despedidas a amigos y primos en el parque, viene de esos veranos que terminaban con despedidas a esos amores fugaces y escondidos tan celebrados. Veranos terminados con colección de pulseras de festivales y morenos que se van diluyendo al ritmo de los fluorescentes de las oficinas.
El verano siempre en nuestra retina es de color azul, azul playa, azul cielo al atardecer, azul hidropedal, azul balón de nivea. Por eso y porque no todo es azul, sobre todo cuando termina el verano, esta lista de canciones va de amores desencontrados como en las películas de Antena 3, de veranos terminados, de canciones que odian el color azul, de las miserias que todos arrastramos al encaminarnos al otoño y de canciones que me he inflado de escuchar este verano con mi moderno altavoz bluetooth al borde de la piscina a horas intempestivas.